sábado, 25 de diciembre de 2010

Epígrafe 10.7.



TEMA 10.7 LA ILUSTRACIÓN EN ESPAÑA
La Ilustración en España se inscribe en el marco general de la Ilustración europea.
Los ilustrados fueron una minoría culta formada por nobles, funcionarios, burgueses y clérigos. Básicamente se interesaron por:
·         Reforma y reactivación de la economía (preocupación por las ciencias útiles, mejora del sistema educativo).
·         Crítica moderada de algunos aspectos de la realidad social del país.
·         Interés por las nuevas ideas políticas liberales, aunque, en su mayor parte, no apoyaron planteamientos revolucionarios.
Su afán reformista les llevó a chocar con la Iglesia y la mayor parte de la aristocracia. Pese a los afanes ilustrados, la mayoría del país siguió apegada a los valores tradicionales.
Podemos distinguir varias etapas:
En la primera mitad de siglo destacan Feijóo, cuya obra se centro en la divulgación de la ciencia de Newton y en la crítica a los prejuicios tradicionales y las supersticiones  (Teatro Crítico, 1726) y Mayáns (estudios literarios y filológicos. Hizo la primera biografía sobre Cervantes).

Jovellanos, retratado por Goya
Durante este período se crearon las principales Academias, instrumento de difusión de las luces, Se establecieron la Real Academia de la Lengua, Medicina, Historia, Bellas Artes de San Fernando, y, junto a ellas, el Jardín Botánico y Gabinete de Historia Natural.
La ilustración llega a su apogeo en el reinado de Carlos III. Los escritos de Campomanes, Jovellanos, Capmany o Cabarrús muestran la asimilación de las teorías económicas de la fisiocracia y del liberalismo económico. Fruto de ese interés por los asuntos económicos y sociales fue la creación de las Reales Sociedades Económicas de Amigos del País (la más importante fue la de Madrid), preocupadas por la difusión de las “ciencias útiles” y el desarrollo económico.
El interés por la educación y el progreso científico se concretó en la creación de nuevas instituciones de enseñanza secundaria (Reales Estudios de San Isidro), de enseñanza superior (Colegio de Cirugía, Escuela de Mineralogía, Escuela de Ingenieros de Caminos) y en la reforma de las Universidades y de los Colegios Mayores. (1)
El desarrollo de las ciencias experimentales fue importante: Mutis y Cavanilles en biología, Ulloa y Jorge Juan en Astronomía y Cartografía, Piquer en Medicina (fue el médico de cámara de Fernando VI y tradujo los escritos de Hipócrates). También se impulsó la literatura didáctica y crítica (Feijóo, Jovellanos, Cadalso, Cartas Marruecas y Moratín con su célebre El sí de las niñas) y se desarrolló la prensa y las revistas literarias y científicas.



(1)Añada como un ejemplo más la creación del Real Instituto Asturiano de náutica y mineralogía y, sobre todo, los criterios que se buscaban para crearlo, artículos 7, 8 y 10, p. 70

Epígrafe 10.6

10.6.La España del siglo XVIII: La política borbónica en América
          En un principio la nueva dinastía no introdujo cambios en la administración americana, pero desde mediados del siglo decidieron incrementar la explotación de las riquezas americanas y para ello promovieron las compañías de comercio, sin excesivo éxito (1) y decretaron la introducción de navíos de registro, barcos mercantes a los que se les permitió comerciar directamente con las colonias, aumentando con ello la actividad comercial. (2)
          En el reinado de Carlos III se decidió aumentar el control administrativo sobre las colonias, excluyendo a los criollos y reservando los principales puestos para los españoles peninsulares. Se creó un nuevo virreinato, el del Río de la Plata y se introdujo la figura de los intendentes, como se había hecho en España. La expulsión de los jesuitas también afectó a las colonias, recibiendo la Corona las tierras que ellos debían abandonar y se incrementaron los impuestos. A partir de 1778 se decidió permitir el libre comercio con la mayoría de los puertos peninsulares.(3)

          Al finalizar el siglo el balance económico era negativo, había disminuido enormemente la llegada de productos americanos a la metrópoli, especialmente los metales preciosos, al tiempo que el contrabando y la propia producción colonial iban desplazando al comercio español en América.
          La política borbónica activó el malestar de los criollos que supieron movilizar al pueblo contra la administración española produciéndose las primeras revueltas, finalmente reducidas por las tropas reales, aunque no consiguieron frenar entre los criollos un creciente sentimiento de autonomía.

(1)    Añada la información que viene en el tercer párrafo de la p. 77 sobre la compañía “Guipuzcoana de Caracas” , las razones de su fracaso y la medida tomada posteriormente.
(2)    Compruebe quiénes van a realizar este comercio y por qué. (2º párrafo p. 77)
(3)    Incluya la diferentes consecuencias de esta liberalización según los puertos que efectuaban el comercio; ejemplos  Cádiz y Barcelona (ver último párrafo p. 77)

Epígrafe 10.5

TEMA 10.5 LA EVOLUCIÓN DE LA POLÍTICA EXTERIOR EN EUROPA
Las grandes líneas de la política exterior española arrancan de la difícil situación creada tras el Tratado de Utrecht. La política exterior se tomó como principal objetivo recuperar Gibraltar y Menorca y conseguir establecer como gobernantes a los hijos de Felipe V en los territorios italianos perdidos.
Para ello, la política exterior española se basó en la alianza con Francia, concretada en varios Pactos de Familia, y el enfrentamiento con Inglaterra en el Atlántico ante la amenaza británica a las posesiones españolas en las Indias.
La política exterior de Felipe V (1700-1756) se dirigió a la recuperación de los territorios italianos. Ante el fracaso de los primeros intentos en solitario se optó por la alianza con Francia. Esta alianza se concretó en el Primer Pacto de Familia (1734) y el Segundo Pacto en 1743. Fruto de estos pactos fue la participación apoyando los intereses franceses en la Guerra de Polonia  y en la Guerra de Sucesión de Austria. Como resultado de esta intervención Felipe V consiguió que el infante Carlos, el futuro Carlos III de España fuera coronado Rey de Nápoles y Sicilia  y que el infante Felipe fuera nombrado Duque de Parma.

Con Fernando VI (1746-1759), el gobierno español adoptó una política exterior de neutralidad, equidistante entre Londres y París.


Carlos III (1759-1788) volvió a la alianza con Francia y firmó el Tercer Pacto de Familia (1761) y a la participación de España en la guerra de los Siete Años (1761) (1). La victoria británica, junto a su aliada Portugal, llevó a firma del Tratado de París (1763) por el que cedimos Florida a Inglaterra y Sacramento a Portugal. Para compensar esas pérdidas Francia nos cedió Luisiana.
Gibraltar no se pudo recuperar para España
De nuevo en América, España junto a Francia apoyó a los rebeldes norteamericanos contra Inglaterra(2). La derrota británica llevó a la firma del Tratado de Versalles (1783) lo que permitió la recuperación de Menorca, Florida y Sacramento.

La política exterior de Carlos IV (1788-1808) estuvo completamente marcada por la Revolución Francesa y nos llevará a la trágica guerra de la Independencia contra Napoleón en los inicios del siguiente siglo.



(1)   Buscar los orígenes de dicha guerra. (2) Buscar los orígenes de esa rebelión.

Epígrafe 10.4

Tema 10.4. LA PRÁCTICA DEL DESPOTISMO ILUSTRADO: CARLOS III

Carlos III (1759-1788), hijo de Felipe V y hermanastro de Fernando VI, antes de ser rey de España desempeñó el cargo de Rey de Nápoles de 1735 y 1759.

Su reinado se caracterizó por la aplicación de las reformas del despotismo ilustrado:

Entre los ilustrados se extendió la conciencia de la necesidad de emprender reformas en la agricultura, ocupación que ocupaba a la mayoría de la población y que estaba muy atrasada. Para ello se crearon asociaciones como las Reales Sociedades Económicas de Amigos del País y los ministros de Carlos III prepararon diversos planes de reforma como el Memorial Ajustado de Campomanes y el Informe sobre la Ley Agraria de Jovellanos.

Todos estos proyectos y documentos del período denunciaban las enormes propiedades amortizadas (mayorazgos de la nobleza o manos muertas de la Iglesia) y afirmaban que el acceso del campesinado a la propiedad de la tierra era una condición necesaria para el progreso del país. Por primera vez, se empezaba a hablar de la desamortización. Sin embargo, la negativa rotunda del Clero y la Nobleza llevó a la paralización de las reformas.
Las únicas medidas que se llevaron a cabo fueron el reparto de tierras comunales en Extremadura, la repoblación (fallida) de Sierra Morena bajo el gobierno de Olavide, la reducción de los derechos de la Mesta y algunas obras de regadío (Canal Imperial de Aragón, Canal de Castilla…)

Los ministros ilustrados aprobaron medidas para fomentar el desarrollo de la Industria. Se rompió el monopolio de los gremios en 1772; se establecieron, con escaso éxito económico, las Reales Fábricas, con apoyo del estado (armas, astilleros, vidrio, tapices…) Las industrias textiles privadas catalanas (“indianas”) fueron más competitivas que las empresas estatales.

Con respecto al comercio se adoptaron medidas conducentes a integrar el comercio nacional, como la mejora de las vías comunicación o la supresión de las aduanas interiores. Un decreto de 1778 estableció la liberalización del comercio con América, acabándose con el secular monopolio de la Casa de Contratación (el Reglamento de libre comercio permitía a trece puertos españoles comerciar con 24 puertos americanos). Sin embargo, se manutuvo la política comercial proteccionista con respecto a las demás potencias.

En el terreno financiero, se estableció el Banco de San Carlos, antecedente del futuro Banco de España. En este período, aparece la peseta, aunque no será la moneda oficial del país hasta 1868.

Teniendo en cuenta la dinámica política se pueden distinguir dos períodos en los gobiernos de Carlos III:

1759-1766 Etapa italiana: gobiernos de Esquilache y Grimaldi. Los intentos de introducción de reformas encontraron una viva reacción que culminó en el Motín de Esquilache en 1766. Esta revuelta que estalló contra el decreto que obligaba a cambiar capas y sombreros tiene razones complejas. Podemos hablar de un motín popular “nacionalista”, contra el ministro italiano, manejado por el clero (jesuitas) y la nobleza para frenar las reformas. Los Jesuitas, acusados de fomentar el motín, fueron expulsados en 1767.

1766-1788 Gobiernos del Conde de Aranda, Floridablanca y Campomanes. Este período está dominado por los grandes ministros ilustrados españoles que ensayaron diversas reformas económicas que finalmente no se llevaron a cabo por la oposición del clero y la nobleza.

 El alumno deberá realizar un índice de los contenidos.

Epígrafe 10.3.

Tema 10.3. REFORMAS EN LA ORGANIZACIÓN DEL ESTADO. LA MONARQUÍA CENTRALISTA
La llegada de la nueva dinastía borbónica propició importantes cambios en la estructura del Estado. Estos cambios fueron introducidos esencialmente durante el reinado de Felipe V (1700-1746).

Medidas centralizadoras, con el objetivo de hacer un estado más eficaz. En este sentido se adoptaron novedades importantes:

Decretos de Nueva Planta (1707 Aragón y Valencia, 1715 Mallorca, 1716 Cataluña): Abolición de los fueros e instituciones propias de los reinos de la Corona de Aragón. Los fueros de las provincias vascas y Navarra se mantuvieron ya que apoyaron a Felipe V durante la Guerra de Sucesión.
Territorios afectados por los Decretos de Nueva Planta

Nuevo modelo de administración territorial, basado en la siguiente estructura: división del territorio en provincias; sustitución de los Virreyes por los Capitanes Generales como gobernadores políticos de las provincias; las Reales Audiencias se mantienen para las cuestiones judiciales; y siguiendo el modelo francés, se creó la figura de los Intendentes, funcionarios encargados de las cuestiones económicas. Finalmente, en los Ayuntamientos se mantuvieron los cargos de Corregidor, Alcalde Mayor y Síndicos personeros del común (elegidos por el pueblo para su defensa).
Los Borbones también reformaron la administración central consolidando el establecimiento de una plena monarquía absoluta. Se suprimieron todos los Consejos, exceptuando el Consejo de Castilla que se convirtió en el gran órgano asesor del rey. Se crearon las Secretarías de Despacho (Estado, Guerra, Marina, Hacienda, Justicia e Indias), antecedentes de los ministerios. En 1787 se establece la Junta Suprema de Estado, antecedente del Consejo de Ministros. (1)
La nueva dinastía intensificó la política regalista, buscando la supremacía de   la Corona, poder civil, sobre la Iglesia. Las dos medidas principales fue el establecimiento de un mayor control sobre la Inquisición y, sobre todo, la expulsión de la Compañía de Jesús adoptada por Carlos III en 1767.
Hubo intentos no demasiado eficaces de reformar el sistema de Hacienda. Se trató de unificar y racionalizar el sistema de impuestos y, para ello, se llevó a cabo el Catastro de Ensenada en 1749 en la Corona de Castilla. Se buscó también la unificación monetaria, estableciéndose el Real de a dos.

(1)   Añadir la información que proporciona el esquema sobre el “Funcionamiento de la Monarquía Absoluta” a modo de resumen, p. 64
Realizar un índice de contenidos del epígrafe.


Epígrafe 10.2

TEMA 10.2 CAMBIO DINÁSTICO. LOS PRIMEROS BORBONES
El reinado de Felipe V. Su reinado de 45 años y 3 días (en dos periodos separados) es el más dilatado de la monarquía española. Felipe V fue un hombre inestable y enfermo, por eso estuvo dominado desde el principio por quienes le rodeaban. Durante la Guerra de Sucesión los administradores franceses fueron los que llevaron adelante la política del rey. En 1714, tras la muerte de su primera esposa, María Luisa de Saboya, se acordó el nuevo matrimonio del rey con Isabel de Farnesio, esto produjo un cambio radical en la Corte. Obsesionada por conseguir reinos para sus hijos, subordinó los intereses españoles a una política exterior agresiva, encaminada a recuperar los dominios de Italia al coste que fuera (política fracasada como se verá en el correspondiente epígrafe). Con ella llegaron los consejeros italianos, el principal de los cuales fue el cardenal Alberoni.
En enero de 1724 comenzó el reinado de Luis I, tras una grave crisis depresiva de su padre, que le obligó a abdicar en su primogénito, que sólo tenía 17 años de edad. Este reinado fue muy breve, pues en agostó falleció de viruela. Felipe V, animado por su esposa, recuperó entonces el trono.
En 1726 José Patiño se convirtió en el principal secretario. Consiguió sacar adelante un ambicioso programa de rearme, fruto de ello fue la conquista del reino de Nápoles y Sicilia en 1734, que fue entregado a Carlos, el hijo mayor de Felipe V e Isabel de Farnesio. Bajo la dirección de Patiño se reorientó la política exterior, buscando la alianza con Francia a través del llamado primer pacto de familia. En los últimos años del reinado se inició la guerra contra los ingleses, con el consiguiente aumento de los gastos.

El reinado de Fernando VI (1746-1753). Como su padre fue un rey enfermizo. El reinado estuvo protagonizado por el marqués de la Ensenada, que acumuló en su persona casi todas las secretarías. Su programa político estuvo dirigido a reforzar el poder absoluto, pero desarrollando una política más avanzada. Había que conseguir un crecimiento económico que permitiera modernizar el país y potenciar y salvaguardar el imperio colonial, para lo cual se hacía imprescindible aumentar las fuerzas armadas. Este programa de reformas requería un periodo de paz, y así fue, uno de los más largos en mucho tiempo.
Entre los proyectos de Ensenada, el primero era la reforma fiscal, que pretendía eliminar el complicado sistema de impuestos e imponer un impuesto único sobre las propiedades y las rentas, que incluiría a los estamentos privilegiados. Durante varios años se realizaron trabajos sobre la riqueza del país (lo que se vino en llamar Catastro de Ensenada). Las protestas de las clases privilegiadas llevaron a abandonar el proyecto. Sin embargo, se consiguió aumentar los ingresos de la Hacienda (recuperando impuestos transferidos a los señoríos, prohibiendo la venta de bienes de la Corona y aumentando la contribución de la Iglesia). En el terreno económico, se suprimieron los impuestos que gravaban el tráfico interior de grano y se liberalizó el comercio colonial (se trasladó la Casa de Contratación desde Sevilla a Cádiz en 1717 y en 1728 se autorizó a compañías comerciales que explotasen en régimen de monopolio algunas áreas y productos coloniales, por Ej. La Real Compañía Guipuzcoana de Caracas, con el cacao de Venezuela). La actuación más significativa fue el reforzamiento de la Armada, con el fin de conseguir una flota suficiente para defender las colonias y para hacerse respetar. La política naval, que amenazaba a Inglaterra, frente a una posible alianza con Francia, hizo caer a Ensenada, precipitada por un grupo de oposición probritánico en la Corte.
Al finalizar el reinado de Fernando VI el balance era positivo: había una situación interna más próspera, y el potencial militar se había incrementado tras una década de paz.


El alumno deberá ordenar cada reinado, destacando las características principales de cada uno de ellos.

Epígrafe 10.1

Tema 10.1. La guerra de sucesión y el sistema de Utrecht
Guerra de Sucesión (1701-1713)

Carlos II, que había muerto sin descendencia, nombró sucesor a Felipe de Anjou , nieto de Luis XIV de Francia y bisnieto de Felipe IV, quien fue coronado con el título de Felipe V. Acababa así la dinastía de los Habsburgo y llegaba al trono español la dinastía de los Borbones.

Muy pronto, sin embargo, se formó un bando dentro y fuera de España que no aceptaba al nuevo rey y apoyaba al pretendiente el Archiduque Carlos de Habsburgo(1). La guerra civil y europea  estalló.

El conflicto tenía una doble perspectiva:
El ascenso al trono español de Felipe V representaba la hegemonía francesa y la temida unión de España y Francia bajo un mismo monarca. Este peligro llevó a Inglaterra y Holanda a apoyar al candidato austriaco, que, por supuesto, era sustentado por los Habsburgo de Viena.

La familia de Felipe V, 1745
Por otro lado, Felipe V representaba el modelo centralista francés, apoyado en la Corona de Castilla, mientras que  Carlos de Habsburgo personificaba el modelo foralista, apoyado en la Corona de Aragón y, especialmente, en Cataluña.

La guerra terminó con el triunfo de Felipe V. Junto a las victorias militares de Almansa (2), Briguega y Villaviciosa, un acontecimiento internacional fue clave para entender el desenlace del conflicto:  Carlos de Habsburgo heredó en 1711 el Imperio alemán y se desinteresó de su aspiración a reinar en España. Sus aliadas, Inglaterra y Holanda, pasaron en ese momento a ver con prevención la posible unión de España y Austria bajo un mismo monarca.

El Tratado de Utrecht

La guerra concluyó con la firma del  Tratado de Utrecht en 1713. El tratado estipuló lo siguiente:
Felipe V era reconocido por las potencias europeas como Rey de España pero renunciaba a cualquier posible derecho a la corona francesa.
Los Países Bajos españoles y los territorios italianos (Nápoles y Cerdeña) pasaron a Austria. El reino de Saboya se anexionó la isla de Sicilia.(3).
Inglaterra obtuvo Gibraltar, Menorca y el navío de permiso (derecho limitado a comerciar con las Indias españolas) y el asiento de negros (permiso para comerciar con esclavos en las Indias).
El Tratado de Utrecht marcó el inicio de la hegemonía británica.